Las competencias para el trabajo y la vida ocupan un lugar destacado en las políticas de los Estados Miembros de la UNESCO, en el contexto de los rápidos cambios tecnológicos y de la creciente preocupación por el empleo de los jóvenes, las desigualdades sociales y la sostenibilidad ambiental.
El documento se elaboró en 2015 mediante intensas consultas con los Estados Miembros, expertos técnicos y jurídicos y otras partes interesadas. Tanto esta Recomendación, como la Recomendación sobre el aprendizaje y la educación de adultos, se redactaron conjuntamente. Su aprobación simultánea por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 2015 pone de manifiesto la prioridad que los Estados Miembros conceden al desarrollo del aprendizaje a lo largo de toda la vida.