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El cuarto taller del evento organizado por el IIPE UNESCO y OREALC/UNESCO Santiago, reunió a autoridades estatales y escolares de 29 países de la región. Este espacio fue moderado por la vicepresidenta académica en EduTech Centroamérica y ex viceministra académica del Ministerio de Educación de Costa Rica, Melania Brenes. El objetivo de esta sección fue analizar e identificar los desafíos y recomendaciones más apremiantes para la implementación de políticas digitales educativas en la región.
Para reducir las desigualdades y mejorar la calidad educativa, se plantearon tres objetivos principales: alcanzar mejores aprendizajes, generar cambios pedagógicos y lograr la innovación organizacional. Sin embargo, para esto, los programas, proyectos e iniciativas actuales en materia tecnológica no presentan un escenario homogéneo.
Durante el taller, se propusieron algunos ejes que deben ser tenidos en cuenta para pensar las políticas digitales en educación: la innovación, la transversalidad, la articulación, la sostenibilidad y el contexto. A partir de ellos, los participantes profundizaron sobre los principales desafíos que enfrenta el uso tecnológico en la escolaridad, e idearon recomendaciones para el futuro.
Sobre la dimensión de innovación, se señalaron cuatro puntos fundamentales. En primer lugar, la importancia de tener un horizonte claro y de definir los ejes pedagógicos a impactar a través de las TIC. Al mismo tiempo, la necesidad de contar con recursos de calidad y tener claridad respecto a cuáles son los temas insoslayables que deben ser tenidos en cuenta sin excepción en las políticas digitales. Algunos de ellos son el uso ético, seguro y responsable; la ciudadanía digital; y la ciberseguridad. Por último, se consideró de gran relevancia el no volver atrás, reconociendo que el aprendizaje virtual o híbrido puede generar condiciones de aprendizaje extendidas fuera del aula para complementar el trabajo presencial.
Respecto a la transversalidad, los especialistas y tomadores de decisión allí presentes acordaron que se deben definir prioridades en la construcción de infraestructura tecnológica y que también debe desarrollarse una visión país elaborada a partir de la universalización de los dispositivos y la conectividad. En lo que refiere a la articulación, el rol docente activo fue definido como una herramienta clave en la construcción de intervenciones educativas con las TIC. También se analizó la dimensión de contexto y los participantes concluyeron que los planes de acción deben reconocer las condiciones de adaptación y requerimientos de cada escenario.
El último eje que se trabajó se relaciona con la sostenibilidad, donde se se consensuó que es indispensable contar con recursos financieros suficientes y con una asignación pertinente de acuerdos a resultados y necesidades. Al mismo tiempo, no se dejó de lado la importancia de que las iniciativas de educación sean longitudinales, ya que la intervención debe pensarse como algo sostenible en el mediano y largo plazo.