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Impulsada por las demandas de la sociedad civil organizada, la noción de interculturalidad ingresó a la agenda de las políticas públicas en América Latina a través del campo educativo. Las agendas de las políticas educativas fueron y siguen siendo las que más desarrollan el tema en la región.
A partir de los primeros pasos de Perú, que en 1972, a través de la Reforma Educativa, implementó la primera política nacional de educación bilingüe y oficializó en 1975 el quechua, hoy existen iniciativas de educación e interculturalidad en al menos 18 países de la región, que buscan reconocer el carácter plural de las culturas y etnias que conviven en el territorio.
Tras 50 años de avances, desde la normativa legal de los países y de la producción académica, hoy se habla cada vez más de una educación intercultural para todos y todas, que vaya más allá de las iniciativas de educación intercultural bilingüe para pueblos indígenas, afrodescendientes y migrantes, y contemple todos los sectores de la sociedad.
Sin embargo, un análisis profundo sobre las políticas implementadas actualmente revela que los Estados latinoamericanos todavía enfrentan el desafío de transversalizar las nociones de pluriculturalidad y plurietnicidad a todo el sistema educativo y al conjunto de las políticas públicas.
En lo que respecta a la educación, las políticas de educación intercultural para todos y todas serían uno de los componentes necesarios para ofrecer una educación verdaderamente inclusiva y socavar el racismo estructural que persiste en sus sistemas.
Para la profesora e investigadora de la Universidad Nacional de Santiago del Estero (Argentina) y consultora del IIPE UNESCO, Silvina Corbetta, lo que se aplica hoy en los sistemas educativos de la región es una “interculturalidad funcional”, que se expresa en la forma de políticas de la tolerancia o políticas destinadas a grupos específicos. Según ella, la sociedad intercultural no es todavía una realidad, sino una construcción en conflicto y por eso una interculturalidad más bien “crítica” implicaría desactivar asimetrías bajo otras condiciones socioeconómicas, políticas, filosóficas y epistémicas.
Corbetta es autora de una reciente investigación publicada por el IIPE UNESCO, que sistematiza los principales núcleos temáticos y problemáticos que actualmente transitan las acciones estatales en educación e interculturalidad en América Latina.
Lea el estudio "Políticas Educativas e Interculturalidad en América Latina"
Entre los hallazgos del estudio se encuentra, en primer lugar, la necesidad de generar iniciativas en una doble vía: por un lado, “una educación pertinente y de calidad para pueblos indígenas y personas afrodescendientes, en tanto modalidad, modos, reglas, orientaciones, y formatos institucionales que los sistemas educativos propician para garantizar la educación a esos sectores (Educación Intercultural Bilingüe, sus variantes y/o la Etnoeducación)”. Por otro lado, “medidas efectivas para interculturalizar la totalidad de los sistemas educativos (Educación Intercultural para todos y todas)”.
Las investigaciones producidas en los últimos cinco años en la región muestran que la gran mayoría de las acciones asociadas a la educación intercultural tienen como sujeto pedagógico a niños, niñas y adolescentes pertenecientes a pueblos indígenas y/o afrodescendientes. Son pocas las intervenciones dirigidas a interculturalizar al componente no indígena o no afrodescendiente.
Además, el planeamiento de estas políticas muchas veces falla al no involucrar a las personas indígenas y afrodescendientes en su diseño y ejecución:
“¿Es política para, política con o política por los pueblos indígenas?”, indaga Corbetta.
Asimismo, se observan desafíos relacionados al alcance de dichas políticas, en términos geográficos, pero también de contenidos y nivel educativo. En cuanto al alcance geográfico, las investigaciones indican que se sigue asumiendo a la población indígena como población rural, cuando en realidad existe una tendencia de urbanización por parte de estos grupos.
En relación a los contenidos, se observa que la interculturalidad y el bilingüismo muchas veces se gestionan exclusivamente a través de la enseñanza de la lengua. De este modo, se ignora por ejemplo que la enseñanza del mapudungun es inseparable de la enseñanza de la cultura mapuche, dado que “los elementos centrales de la lengua son precisamente aspectos de la cultura que son difícilmente transmisibles sin esta”. En otras palabras, la forma (segmentada) de enseñanza sigue obedeciendo a la racionalidad occidental.
En materia de cobertura de los niveles educativos, se destaca que la educación intercultural bilingüe se implementa en el nivel primario, pero es escasa en la educación secundaria y superior. Este último dato lleva a reflexionar sobre otro déficit, que es la baja presencia de indígenas en las universidades e instituciones de educación superior y, por ende, la también escasa formación de docentes indígenas. En paralelo, es relevante la baja oferta de instancias específicas de formación en interculturalidad en estas instituciones.
Aún así, se debe reconocer el esfuerzo de los países de la región en el desarrollo de una gran diversidad de planes y programas de educación intercultural en todos los niveles de cada territorio. Se tratan, según Corbetta, fundamentalmente de cuatro tipos de iniciativas: programas de rescate y uso de las lenguas; programas de formación de profesionales bilingües y de fortalecimiento de los docentes especializados en interculturalidad; programas de adaptación curricular orientados al fortalecimiento de las políticas educativas con perspectiva intercultural; y programas para promover la incorporación de tecnologías de comunicación y de evaluación, dirigidos a reducir la brecha existente entre la población indígena y la no indígena.
“La implementación de políticas educativas dirigidas a incluir y sostener al alumnado perteneciente a pueblos indígenas y poblaciones afrodescendiente marca un mejoramiento intergeneracional de la situación educativa”, afirma Corbetta.
Todos los indicadores considerados en el estudio del IIPE UNESCO muestran mejoras en las tasas de acceso, alfabetización, rezago y asistencia de las poblaciones indígenas y afrodescendientes. A esto se suman importantes avances normativos en casi todos los países. Sin embargo, la desigualdad persiste. Tanto indígenas como afrodescendientes son quienes mayores dificultades presentan en todos los indicadores analizados.
Vea la entrevista a Silvina Corbetta
Para lograr superar las asimetrías en la inclusión educativa, el estudio sugiere 25 valiosas recomendaciones para que los Estados logren la interculturalización de sus sistemas educativos. Entre ellas, se destacan la recapacitación masiva y obligatoria desde un enfoque de interculturalidad crítica a las autoridades políticas y funcionarios de carrera de los sistemas educativos; la producción de contenidos coherentes con los procesos históricos de lucha de las comunidades y los derechos colectivos a la tierra y el territorio; y el seguimiento presupuestario de los países en relación a las iniciativas realizadas en materia de interculturalidad.