Este documento es parte de una serie, dirigida a proveer consejos a los gobiernos para asegurar el acceso a una educación de calidad en los tiempos de COVID-19. Vea la serie completa. Estas notas de respuesta están disponibles también en inglés y en francés.
Cuando las escuelas cierran debido a una epidemia o crisis pandémica como la COVID-19, es importante continuar brindando educación específica sobre higiene y salud. Los alumnos deben aprender a prevenir o reducir la propagación de la enfermedaden su entorno inmediato, pero también comprender los mecanismos de las enfermedades y epidemias en general.
A continuación hay cuatro propuestas que pueden resultar útiles para las autoridades educativas encargadas de planificar la educación sobre la salud en un contexto de crisis sanitaria.
1. Coordinar las respuestas con otras partes interesadas
En materia de educación, una respuesta efectiva a una epidemia requiere coordinación, uniendo las fortalezas y la experiencia de todos los socios.
Además del ministerio de educación (MdE), se puede prever la participación de los siguientes actores:
- Ministerios (particularmente el ministerio de salud) por su competencia técnica.
- Las partes interesadas en educación (por ejemplo, docentes, sindicatos de docentes, asociaciones de padres y docentes) con el objeto de asegurar su compromiso y participación en la implementación de la respuesta.
- Socios internacionales de desarrollo en el marco de la elaboración de políticas y del establecimiento de reglas y de normas.
- Socios de desarrollo regionales y nacionales a fin de mejorar la coordinación y utilización de los recursos disponibles.
- Organizaciones no gubernamentales (ONGs) y organizaciones comunitarias y religiosas, cuyo profundo conocimiento del contexto local permite reforzar la adhesión y movilización de la comunidad.
- El sector privado que puede proporcionar recursos financieros y experiencia estratégica.
A continuación se verán varias sugerencias para los MdE:
- Hacer un inventario de todos los socios que puedan contribuir a la respuesta educativa frente a la epidemia y mejorar su implementación sin olvidar de asegurar la coordinación con estos actores.
- Colaborar con las ONGs locales y las organizaciones comunitarias y religiosas para identificar a los niños que más necesitan educación sanitaria, y para reforzar los mensajes sobre higiene dentro de la comunidad.
- Asegurar el monitoreo de las acciones y los efectos de todas las asociaciones, y ajustarlas según sea necesario.
2. Revisar los materiales de aprendizaje disponibles sobre salud e higiene
Los materiales de enseñanza y aprendizaje sobre salud e higiene pública e individual deben estar disponibles no solo para educadores y alumnos, sino también adaptados a la crisis actual en términos de contenido y formato.
- Verificar que todos los materiales de enseñanza y aprendizaje incluyan mensajes prácticos y fáciles de entender sobre cómo protegerse a sí mismo y a otros de la epidemia.
- Reunir grupos de expertos para revisar el plan de estudios y garantizar que el contenido sea científicamente preciso, adaptado a cada edad, específico al contexto local y a la situación actual, y disponible en los idiomas locales.
- Brindarcapacitación para ayudar a los docentesa transmitir mensajes apropiados para cada edad.
- Asegurarse de que los materiales aptos para niños estén disponibles a través de canales educativos.
3. Ofrecer programas de educación para la salud
Los programas de educación sanitaria del gobierno pueden desempeñar un papel importante en una crisis epidémica.
Hay varias formas de participación de los MdE:
- Crear un grupo de trabajo conjunto para preparar directrices sobre las mejores prácticas para profesionales de educación en salud.
- Organizar o realizar campañas de educación para la salud, diseñadas en colaboración con miembros de la comunidad y docentes.
- Trabajar con emisoras nacionales de radio y televisión, proveedores de Internet y compañías de telefonía móvil para ofrecer programas de educación sanitaria en diferentes formatos.
4. Preparar estrategias para resolver temas de abuso y violencia durante el confinamiento
Además de las políticas para combatir la estigmatización, la violencia y el acoso, puede ser útil elaborar estrategias específicas para abordar los problemas que surgen en el marco de las medidas prácticas excepcionalmente adoptadas para luchar contra una epidemia. Si el confinamiento general de la población podría ser un paso necesario para detener la propagación de la enfermedad, puede tener otras consecuencias negativas para las personas confinadas en sus hogares. Las autoridades educativas pueden ayudar a mitigar el riesgo.
- Trabajar con las familias y las comunidades para apoyar a los niños durante el confinamiento, particularmente aquellos que pueden ser vulnerables al abuso y la violencia.
- Ofrecer orientación a alumnos y familias sobre el uso seguro de pantallas y herramientas en línea para preservar el bienestar y la salud mental de los alumnos, y proteger a los menores de las amenazas en línea.
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