Fecha

10 pasos clave para integrar a las tecnologías digitales en el planeamiento educativo
La pandemia de COVID-19 obligó a los Estados de todo el mundo a depender de la tecnología para garantizar la continuidad educativa.
Joven estudiando con una notebook

© Area 51 / Shutterstock

En América Latina, los cambios producidos por la pandemia de COVID-19 exacerbaron desafíos de larga data, incluyendo problemas generalizados de conectividad en las escuelas y estrategias ineficaces para diseñar e implementar políticas educativas que integren a las tecnologías digitales.

De cara al futuro, el planeamiento y la gestión de la educación pueden ayudar a abordar estos obstáculos de forma sostenible. En el Día Internacional del Aprendizaje Digital, compartimos 10 pasos clave de nuestro documento Planeamiento educativo y tecnologías digitales en América Latina para asegurar políticas eficientes para la integración sostenible y equitativa de la tecnología en la educación.

1. Definir el objetivo de la política 

Para ello, es importante explicitar el desafío que aborda la política para orientar las acciones. La incorporación de tecnologías puede ayudar a priorizar la resolución de diferentes problemas, entre ellos el acceso al sistema educativo, la conectividad y el equipamiento, la digitalización de los sistemas administrativos y de gestión escolar, la innovación pedagógica a través de nuevos dispositivos de enseñanza y el fortalecimiento del desarrollo profesional docente, entre otros.

2. Proporcionar un enfoque global para incorporar las tecnologías al sistema educativo

Un enfoque global de la integración de las tecnologías digitales debe considerar diferentes aspectos entrelazados y complementarios para promover una visión holística, coherente y alineada con los objetivos educativos más amplios de la política educativa nacional. Algunos de estos aspectos son multidimensionales. Por ejemplo, deben considerar la infraestructura (conectividad y equipamiento), el currículo, la enseñanza, las plataformas y contenidos digitales, y la gestión de la información; o un enfoque transversal a todos los niveles de la educación básica, entre otros.

3. Apoyar las acciones con normativa y legislación

Integrar la inclusión digital educativa en las normativas nacionales es importante para asegurar su continuidad a través de las transiciones gubernamentales, así como la legitimidad del financiamiento en cada país. Las acciones derivadas de leyes o normativas nacionales respaldadas por un fuerte consenso dentro del sistema educativo pueden alcanzar un mayor alcance y una sostenibilidad más prolongada.

4. Continuar las acciones con otros ámbitos de gobierno

Es fundamental trabajar con otras áreas de la administración, sobre todo con las que están implicadas, como las telecomunicaciones, la cultura u otros ámbitos para la provisión de contenidos, como la sanidad y el turismo.

5. Diseñar acciones con un enfoque participativo 

Es crucial lograr el consenso de las partes interesadas para garantizar la legitimidad y la sostenibilidad a través del proceso de planificación educativa. Esto permite una apropiación significativa de las tecnologías por parte de actores clave como los equipos docentes. También es importante implicar a los equipos técnicos, el estudiantado, las familias y aquellas personas que representantan a las comunidades locales.

6. Optimizar la articulación entre los distintos niveles de intervención

Para garantizar una comunicación eficaz de las decisiones en todos los niveles del sistema, es esencial una gestión coordinada y flexible entre las distintas partes interesadas. Esto implica la coordinación y colaboración de distintos niveles y actores de gobierno, tanto a nivel nacional como subnacional. Reforzar las capacidades de gestión en los distintos niveles de aplicación de las políticas es crucial para adaptar las políticas nacionales a los contextos locales y desarrollar proyectos adaptados a dichos contextos. Específicamente, se trata de capacitar a los cargos intermedios, como los equipos técnicos de las administraciones locales y a quienes supervisores y dirigen escuelas, para que apliquen eficazmente las políticas e iniciativas.

7. Organizar acciones con agentes no gubernamentales

Durante el COVID-19, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, ampliaron su apoyo a la comunidad educativa proporcionando plataformas digitales para el aprendizaje a distancia, estrategias de formación del profesorado, recursos didácticos digitales, acceso a Internet y otros servicios esenciales. Ahora que pasó este periodo crítico, este tipo de colaboración debe mantenerse. Aunque el abanico de modalidades de colaboración es amplio, es crucial proteger a la ciudadanía abordando cuestiones sensibles, tales como la protección de datos, la seguridad de la información, la sostenibilidad y la equidad.

8. Desarrollar estrategias de financiamiento

La obtención de fondos para la transformación digital de los sistemas educativos puede resultar problemática en los países latinoamericanos debido a las restricciones presupuestarias. Por lo tanto, una evaluación rigurosa de la relación costo-efectividad es crucial para una asignación óptima de los recursos. Se pueden considerar varias estrategias, como modernizar y digitalizar los procesos y estructuras escolares de forma progresiva, ampliar los esfuerzos a los niveles educativos superiores, aprovechar el apoyo de los bancos de desarrollo e implementar subsidios gubernamentales para las poblaciones de bajos ingresos a fin de garantizar la inclusión digital en toda la sociedad, entre otras iniciativas.

9. Garantizar la transparencia y la rendición de cuentas

En estrecha relación con el paso anterior, el planeamiento debe incluir mecanismos que den cuenta de los gastos realizados por el gobierno para la ejecución de las acciones. 

10. Evaluar las políticas

Medir el impacto de las tecnologías en los sistemas educativos, especialmente a nivel cualitativo, sigue siendo un reto, no sólo en la region latinoamericana sino también en el resto del mundo. Para diseñar políticas sostenibles y eficaces, es fundamental producir información precisa sobre lo que está ocurriendo a nivel pedagógico y de gestión con la introducción de la tecnología. En términos de infraestructura, es importante saber qué dispositivos facilitan qué procesos y cuál es la calidad mínima de conectividad necesaria para permitir un aprendizaje significativo. Asimismo, desde el punto de vista pedagógico, también vale la pena reconocer qué configuraciones de aula, actividades, recursos digitales y tiempos (con y sin conexión) se requieren, entre otros puntos.

Traducción de artículo original publicado en iiep.unesco.org

Últimas publicaciones